El otro día escribimos una entrada sobre la experiencia de trabajar como escort en el extranjero. Algo que desde Sugar Girls desaconsejamos rotundamente. Una de las causas que hacen que las chicas se planteen esa posibilidad es la falta de trabajo en España. Después de unos meses generando altos ingresos, las citas empiezan a espaciarse. No hay llamadas. Pasado un tiempo, llega el temido momento de pensar «soy escort pero no trabajo». ¿Por qué da la sensación de que siempre pasa eso?
Cuando abrimos la agencia Sugar Girls, siempre tuvimos claro que queríamos ofrecer la tarifa más competitiva del mercado. Lo teníamos en mente con el objetivo de que todos los hombres pudieran disfrutar de los servicios de una acompañante de alto nivel. Pero también lo hacíamos pensando en las chicas. Las tarifas excesivas reducen la posibilidad de que las escorts trabajen, porque esos clientes tienen mucho miedo de tirar el dinero. Después de la novedad, no le ven el sentido a pagar 400 euros o 500 euros por una chica a la que ya conocen, y prefieren gastar el dinero con las «novedades» de las agencias.
Tarifas altas, menos trabajo
Trabajar como escort por 400 ó 500 euros parece algo sensacional. Wow, piensa la escort. El dinero llega a manos llenas gracias a los clientes fijos de la agencia, que están deseosos de conocer a la recién llegada. Pero pasan los meses y los encuentros se reducen al mínimo. Como mucho, tienen una cita con algún cliente nuevo al que luego, salvo raras excepciones, no vuelven a ver nunca más. Acostumbrada a ganar grandes cantidades durante cinco o seis meses, los ingresos se reducen a un nivel preocupante. Los planes se detienen, porque no va a llegar el dinero que podría llevarlos a cabo. La chica piensa soy escort pero no trabajo, así que entonces ¿para qué serlo?
La causa de este desastre son las tarifas demasiado elevadas. La historia se repite una y otra vez. Los clientes fijos quieren novedades, y una vez la chica deja de ser una novedad, ¿para qué gastar una cantidad desorbitada, si ya saben cómo es y lo que ofrece? Cuando los precios de las agencias son muy elevados, la motivación para pagarlos tiene que ser muy alta. Si no, el hombre piensa que no merece la pena.
Poco compromiso por parte de la agencia
Cuando se dan estos casos de soy escort pero no trabajo pasado un tiempo, a las agencias no les molesta en absoluto, porque ellos siguen ganando dinero. Una agencia va a llevarse lo mismo si el cliente reserva una cita con Susana, con María o con Rebeca. Para ellos, no cambia nada en absoluto porque no dejan de generar. Cada poco tiempo llega una chica nueva, a la que empiezan a recomendar a todos sus clientes fijos. Cuando esa chica ya está muy vista y los hombres pierden interés y motivación para seguir pagando esas cantidades, ya hay otra recién llegada con la que la agencia podrá empezar de nuevo todo el proceso. ¡Ellos no pierden jamás!
Con las agencias que tarifan esos precios, hay poca entrada de clientes nuevos. Sus clientes son siempre los mismos y desde hace años. Este sector ha cambiado mucho en los últimos años y muy pocos hombres están dispuestos a dejar que les tomen el pelo. Hay mucha oferta, y lo mejor para ellos, oferta de calidad y a precios estupendos. No están dispuestos a picar con esas agencias y no lo hacen. Por lo tanto, ese tipo de agencias no tienen nada de ofrecer a las chicas pasados unos meses.
Solo Salidas
Un error muy frecuente entre las escorts que empiezan es pensar que cada día van a realizar servicios de ensueño en hoteles maravillosos. Un cliente americano o francés ha llamado y quiere a una chica tres horas seguidas en un hotel de cinco estrellas. Habrá champagne y fresas como en la escena de Pretty Woman. La chica hace su vida pensando que todos los días van a ser así, hasta que pasa un tiempo y vuelve a pensar lo mismo: soy escort, pero no trabajo. La decepción es inmensa porque su idea era ganar dinero de inmediato, pero lo único que hace son dos o tres salidas al mes. Las ganancias son mínimas y no le sirven para nada, ya que si las junta, forman una cantidad muy similar a un sueldo bajo.
La realidad es que cuanto más limitadas sean tus condiciones, menos vas a trabajar. Si quieres ser una escort, tú decides quién, cómo y cuándo. Es tu derecho. Pero no puedes esperar el mismo volumen de citas que otras chicas con mayor disponibilidad y que a menudo, se quedan en las instalaciones de la agencia para atender a los clientes que llegan inesperadamente.
Siempre hay clientes que quieren que la escort acuda a su hotel de cinco estrellas, incluso hay clientes que quieren escorts para viajes de larga duración en lugares paradisiacos. Pero no hagas grandes planes pensando que vas a tener muchos trabajos de ese tipo porque luego te encontrarás con la sorpresa de pensar soy escort pero no trabajo. Quizá el cliente del hotel quiere a una chica de grandes senos siliconados y tú eres una escort de pecho natural. Quizá el hombre que quiere a una escort para un viaje prefiere ir con una chica a la que ya haya conocido previamente en una cita en el apartamento de la agencia. Y puede que cuando la agencia reciba esas peticiones, prefiera darle el trabajo a las chicas que siempre están más disponibles, como agradecimiento a su esfuerzo y dedicación.
No tienes la actitud adecuada
Sabemos que eres una chica especial y con múltiples cualidades, pero tu atractivo no te va a salvar si no tienes la actitud adecuada. Durante nuestros años de experiencia, hemos observado que las chicas más positivas son las que, al final, tienen más éxito. Ver el lado bueno de las cosas y no crear dramas innecesarios es una de las fórmulas más eficaces para triunfar. En este sector, y en todos. Espera lo malo, y obtendrás lo malo. Hay muchas escorts resentidas que transmiten esa energía, espantando a los clientes, que no quieren volver a verlas nunca más. Otra vez el odioso soy escort pero no trabajo.
Se agradable, perspicaz e inteligente. Ten siempre presente que el hombre que quiere una cita contigo ha visto algo distinto en tus fotografías, y por eso quiere conocerte. Se siente intrigado por ti y quiere saber quién eres. Está dispuesto a pagar una tarifa por tu tiempo, por el privilegio de estar contigo. No acudas a tus citas con cinismo. Valora el cariño y la atención que estás recibiendo por parte de un completo desconocido. Él sabrá agradecértelo.
Si confías en una agencia de tarifas competitivas y un gran movimiento de clientela, tu carrera como escort no solo va a ser fructífera, sino muy, muy divertida. En Sugar Girls estamos orgullosos de trabajar con señoritas que llevan con nosotros mucho tiempo, sin sentir que sus ingresos están disminuyendo en absoluto. Estamos en constante renovación, con unas enormes instalaciones de lujo en las mejores zonas de Madrid y Barcelona, y el volumen de citas que gestionamos es algo que nos sorprende incluso a nosotros.
Únete a nuestro equipo y nunca pensarás eso de soy escort pero no trabajo.