Una de las grandes tentaciones: conseguir el teléfono de una Escorts. ¿Merece la pena o es un peligro?
En la vida de cualquier hombre asiduo a los servicios de acompañamiento de lujo, siempre surge el mismo dilema, al menos una vez. ¿Conseguir el teléfono de una escort o limitarse a tener encuentros gestionados por la agencia? Es normal que, cuando se trata de relaciones personales, haya deseos de llevar el contacto a otros ámbitos. Si el cliente se encapricha, la tentación pasa a convertirse en una auténtica necesidad. El hombre embelesado por los encantos de la escort desea relacionarse con ella a una hora más normal, al aire libre, en restaurantes, incluso en vacaciones…
Conseguir el Número de una Escort
Naturalmente nosotros, como agencia, solo podemos decirte que intercambiar los teléfonos con una escort no es una buena idea. Esto no deja de ser un negocio y tener encuentros al margen de la gestión de la agencia que ha concertado el encuentro es deshonesto y poco profesional por parte de la chica.
Estas relaciones, además, suelen terminar mal, especialmente para las escorts. El hombre se cansa tarde o temprano y la chica ha puesto en riesgo, a cambio de nada, su relación con la agencia, que ya no podrá confiar en ella ni volver a contar con sus servicios. A largo plazo, es poco lucrativo y cero sensato.
Otra razón es que, sin la profesionalidad de la agencia, que se asegura de que la escort esté tranquila y el servicio se realice a la hora y en el lugar acordado, las chicas terminan ofreciendo más y obteniendo mucho menos. Es más difícil que los encuentros duren el tiempo estipulado porque la relación pasa a ser más abierta y menos calculada que cuando tiene lugar a través de la agencia. Con una agencia, la escort no tiene que preocuparse por nada. Sin una agencia que la respalde, tendrá que empezar a preocuparse por todo. Tiene que comportarse como una escort independiente, buscar sitio, atender el teléfono y buscar excusas para irse cuando quiera marcharse, ya que el cliente la respetará cada vez menos como profesional y terminará tratándola más bien como una amante mal pagada y poco valorada.
La historia sería diferente si se tratara de dos personas que se han enamorado de verdad y que quieren, naturalmente, estar juntas y disfrutar de su relación a otro nivel. Pero ese nunca suele ser el caso. En el 99% de las ocasiones, las razones son de tipo económico. El cliente sabe que si la chica va por libre, no tiene por qué pagar la comisión de la agencia. Y no lo hará. Por lo que, al final, la escort terminará ganando exactamente lo mismo que antes. ¿Y a cambio de qué?
Los clientes que piden el teléfono a las chicas no tardan en ser descubiertos porque las chicas hablan. Claro está, es raro que una agencia moleste al cliente para pedirle explicaciones. El respeto es primordial y la responsabilidad es en su mayoría de la escort que debe ser honesta con la agencia que la ha incorporado a su equipo y le ha dado trabajo.
Pero un cliente que le pide el número a todas las chicas para ahorrarse una comisión tampoco es algo valioso ni deseable. No merece la pena conservarle. La agencia se encargará de hacerle saber que no es bienvenido, puede que diciéndole que las mejores chicas no están disponibles o poniéndole excusas cada vez que llame. ¡Es totalmente comprensible!
Si quieres cuidar tu privacidad, mantenerte al margen de dramas y dedicarte a disfrutar de los placeres sin dolores de cabeza… ¡no pidas el teléfono de una escort!