¿Hola, qué tal?
He decidido realizar este artículo para mostrarte los motivos por los cuales he decidido ser escort de lujo y cuáles fueron los pasos que tuve que dar hasta llegar a Barcelona. Decidí realizar ser escort en Barcelona porque es una ciudad llena de oportunidad y con muchos hombres interesantes a los cuales acompañar. Sabía que era la mejor opción y hoy puedo decir que no me he equivocado.
De los dulces a la independencia económica
Es importante recalcar que comencé mi historial laboral vendiendo dulces a los 15 años. Realmente no es que necesitara el dinero, sino que me gustaba ganar mi propio dinero para hacer frente a mis gastos. Comencé vendiéndolos en el colegio y posteriormente en la universidad para seguir ganando dinero. Pero no era mi único trabajo, también cuidaba a niños, era camarera y trabaja en algunos locales comerciales. Mi objetivo siempre fue el mismo, ganar mi propio dinero para tener independencia económica.
Con el paso del tiempo poco a poco comencé a aumentar mis beneficios y sobre todo el círculo social. Pero según iba cumpliendo años me daba cuenta de que ese trabajo se me quedaba corto. A esa edad las chicas suelen buscar su propio Sugar Daddy (persona que cuida económicamente de otro cambio de otros favores), pero yo lo tenía claro, quería ganar mi propio dinero y no depender de nadie.
Trabajando de camarera conocí a otra chica que me comentó que una amiga trabajaba de escort en Barcelona. Tenía mis dudas, pero tras hablar con su amiga me di cuenta de que era un gran futuro para mí. Hablamos horas y horas y al final decidí viajar a Barcelona. No fue fácil porque estaba a más de 9000km y tenía que cuidar de mi familia a nivel económico y de mis gastos personales.
Tras hablar varias veces con la amiga, la cual vamos a llamar Daniela, me di cuenta de que cuando viajaba a Barcelona a trabajar siempre volvía con mucho dinero. Hice mis cuentas y me di cuenta de que tenía que dar el salto, tanto por mi como por mi familia. Eso sí, el viaje no fue fácil. Tuve que vender cosas y pedir dinero para poder realizar el viaje. Pero tras mucho ahorrar y hacer cuentas me pude financiar el viaje.
La travesía hacia un nuevo comienzo
No lo voy a negar, antes de realizar el viaje estaba muy nerviosa, realmente no sabía que me iba a encontrar en España y eso me quitaba el sueño. Pero ya había tomado una decisión, tenía que hacer el viaje o perdería todo lo que tanto esfuerzo me había costado conseguir.
Y por fin llegó el día. Ese día no podía ir sola al aeropuerto, por lo que mi madre me acompañó para desearme suerte y así estar junto mi hasta el último momento. También decidimos desayunar, aunque no lo voy a negar, solo pude tomar agua y un poco de pan, los nervios me habían cerrado el estómago. Tras 20 minutos tuve que embarcar y tras despedirme de mi madre, momento realmente duro para mi, comence el largo recorrido por el aeropuerto. Decidí no mirar hacia atrás para no arrepentirme y me alegro porque realmente fue un momento muy duro.
Al llegar a la ventanilla de chequeo tuve que esperar un poco porque delante había cinco personas para hacer la facturación. Por suerte, mi amiga iba delante de mí y me iba guiando, eso hizo que todo fuese un poco más fácil. En ventanilla me pidieron el pasaporte, preguntas rutinarias y facturé la maleta. En ese momento me comencé a relajar, sabía que estaba dando un gran paso para mí y eso me tranquilizó.
El problema es que en el momento de llegar a la sala de espera un policía me pidió el pasaporte y se lo llevo. Tras más de un cuarto de hora de espera no volvía y eso me puso todavía más nerviosa. No sabía que pasaba y veía que el viaje se iba cancelar y con ello todo el esfuerzo que había realizado. Solo tenía ganas de salir corriendo, pero las piernas me temblaban tanto que no podía reaccionar.
Tras algo más de un cuarto de hora volvió el policía. Por desgracia era realmente guapo y eso me puso todavía más nerviosa. En ese momento el policía me pidió que la acompañara. En ese momento pensaba que me habían metido algo en la maleta, por lo que los nervios cada vez eran más. Yo sabía que no tenía nada ilegal, pero nunca se sabe que te pueden meter sin que te des cuenta. Llegamos a una puerta gris y luego a un pasillo oscuro, el miedo todavía fue mayor. No sabía realmente que me iba a pasar, pero lo tenía claro, me habían metido una sustancia ilegal y me iba directa a la cárcel.
Tras llegar a la sala, donde estábamos solos los dos fue cuando comenzó el chequeo. Me pidió que me quitara los zapatos, la chaqueta y me subiese a una máquina. En esa máquina tenía que mirar al frente. Según el policía fue algo rápido, pero no voy a mentir, se me hizo eterno. La máquina de rayos X comenzó a examinar todo mi cuerpo, mientras sentía que el policía miraba a fondo mi maleta.
Cuando la máquina acabo me preguntó que tenía en el estómago. Yo super nerviosa y con la voz temblorosa le comenté que había comido un trozo de pan. Él me miró, se rió, me dijo que estuviese tranquila y que me calzara. Me dio la maleta y la documentación. Todo estaba bien, podía irme, pero el miedo seguía presente. Realmente fue una sensación que no olvidaré en mi vida.
A paso firme y algo nervioso comencé a caminar de nuevo por el pasillo hasta la sala de embarque, donde vi a Daniela y volví a tranquilizarme. Nos abrazamos con un fuerte abrazo y la conté todo lo que me había pasado. Ella me explicó que era normal lo que me había pasado, que a las chicas jóvenes las chequean para evitar que saquen drogas en el interior de su cuerpo. Tras una conversación interesante montamos en el avión y me dormí. El viaje era de muchas horas, por lo que tuve suerte de dormir durante muchas horas, aunque en más de una ocasión me desperté sobresaltada por lo que había vivido.
Cuando quedaban un par de horas, no paraba de pensar que iba a decir en España sobre los motivos de mi viaje. No iba a decir que iba a trabajar como escort, por lo que no paraba de darle vueltas a lo que iba a decir si me preguntaban. Realmente fue un estrés. Por suerte, la entrada al país fue más fácil de lo que pensaba, por lo que mi primer contacto con el país fue mucho mejor que mi último contacto con mi país.